jueves, 3 de julio de 2025

Navegando por el Saona: 5 lugares imprescindibles para decir que conoces la Borgoña

 CanalViajar


Descubrimos pueblos como Mâcon, Brancion o Tournus mientras navegamos a bordo del crucero fluvial más lujoso.

5 pueblos imprescindibles para decir que conoces la Borgoña.

Ubicada en el corazón de Francia, la región de Borgoña enamora al viajero gracias a sus paisajes bucólicos, sus pueblos medievales y una cocina refinada que alcanza su culmen regada por unos vinos excepcionales. La forma más sencilla de disfrutar de este paraíso francés es recorriendo algunos de sus rincones en modo road trip, pero hoy, cambiamos las 4 ruedas por un barco de lujo que navega por el Saona para descubrir 5 lugares imprescindibles para decir que conoces la Borgoña.

Lyon: la confluencia de dos ríos

En la confluencia del río Ródano y el Saona aparece ante el viajero una ciudad que fue capital de la Galia en la época del Imperio romano, eje comercial en la Edad Media y acaparadora del monopolio de la seda a partir siglo XVI. No en vano, Lyon con el patrimonio arquitectónico de sus barrios más antiguos, repletos de pasajes secretos llamados traboules y edificios renacentistas, fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1998.

Traboule de la torre Rosa en Lyon.

Una excursión guiada nos lleva hasta lo alto de la colina del barrio de Fourvière para descubrir la basílica Notre-Dame de Fourvière, construida entre 1872 y 1896. En su fachada contemplamos cuatro torres y un campanario, coronado por una estatua dorada de la Virgen María. Por dentro, los mosaicos bizantinos acaparan nuestra atención.

Bajamos al Vieux Lyon, el barrio más antiguo de la ciudad y es momento de pasear por los traboules, pasajes que permiten pasar de una calle a otra a través de patios interiores. Uno de los más famosos es, sin duda, el de la tour Rose, aunque hay más de 500 en toda la ciudad.


Son las 6 de la tarde y es momento de embarcar a bordo del Riverside Ravel, crucero de lujo que será nuestro hogar durante los próximos 4 días y nos permitirá descubrir la Borgoña desde una perspectiva única: el río Saona. Son varios cruceros fluviales los que recorren el río, pero nos encontramos en el más lujoso de todos. ¿Los motivos? Un excelente servicio (hay 1 miembro del equipo por cada 2 huéspedes), servicio de mayordomo 24 horas, una cocina excepcional (que se adapta a las diferentes localizaciones que se visitan y se surte de productos de kilómetro 0), excursiones exclusivas en grupos pequeños y unas suites en las que despertarse viendo el Saona parece más un sueño que la pura realidad.

Riverside Ravel, crucero de lujo que navega por el Ródano y el Saona.

Mâcon: tierra de poetas… y futbolistas colchoneros

Tras un desayuno delicioso (de los huevos benedict más ricos que he probado nunca) y con las pilas cargadas tras un sueño reparador, es momento de descubrir Mâcon. Empezamos muy cerca del muelle. La estatua del poeta Alphonse De Lamartine nos da la bienvenida a su tierra. Y, en el suelo, se puede leer un poema suyo. Ahora bien, quizá el nombre de este poeta no sea tan conocido en la actualidad como el del futbolista Antoine Griezmann, que también nació en este tesoro de la Borgoña.

Paseamos por la antigua catedral románica (el Viejo San Vicente) y por la nueva, financiada por Napoleón. También merecen unas cuantas fotos (aquí te dejamos unos consejos de experto para sacar las mejores instantáneas), la iglesia de San Pedro y el antiguo convento de las Ursulinas. Y, en la place aux Herbes, nos encontramos con la Maison de Bois, de finales del siglo XV, con su imponente fachada de madera decorada con curiosas escenas.

La maison de Bois, de finales del siglo XV, con su imponente fachada de madera decorada con curiosas escenas.

Es momento de volver a nuestro palacio flotante para reponer energías. La tripulación nos da la bienvenida con el cóctel del día (hoy toca basil smash) y una toalla con olor a lavanda para refrescarnos. El Waterside Restaurant ofrece un servicio de buffet con ingredientes de alta calidad, una interesante selección de vinos y, ojo, unos quesos que no podrás dejar de probar. Los dulces son otro de sus platos fuertes. Imposible resistirse a la tentación.

Brancion: el pueblo medieval más bonito de Francia

Desembarcamos del Riverside Ravel, que zarpa hacia Tournus y cogemos un cómodo autobús que nos lleva hasta Brancion, el pueblo medieval más bonito de Francia. Media hora recorriendo la Borgoña y sus paisajes son un regalo para la vista. Y ante nosotros aparece la silueta del viejo castillo.

La fortaleza de Brancion, en el corazón de la Borgoña.

Recorrer este pueblo de cuento no nos lleva demasiado tiempo. Es pequeño (de hecho, en invierno solo viven 3 personas), pero encantador. Aun así, no es el pueblo más pequeño de Francia. La fortaleza, que ofrece una perspectiva única tanto de la localidad como de los campos circundantes, se levantó en el siglo XII, aunque a lo largo de la historia ha sufrido diversas modificaciones. Perteneció a la familia Brancion durante siglos hasta 1259, cuando Henri III Gros se lo vendió al duque Hugo IV de Borgoña.

Recorremos las callejuelas con sus casas antiguas recubiertas de hiedra, nos adentramos en el mercado cubierto de madera que data del siglo XIV, o contemplamos la iglesia románica con sus frescos antiguos. También hay un museo de objetos insólitos y una pequeña cafetería en la que tomar algo o comprar algún recuerdo de cerámica.

Brancion, uno de los pueblos más encantadores de Francia.

De vuelta al barco, que ya está atracado en Tournus, es la hora de tomar un cóctel y disfrutar de la cubierta superior. El momento es ahora, porque cuando el crucero empieza a moverse, no está permitido subir a disfrutar de las vistas. ¿El motivo? En Francia, a lo largo del Saona, los puentes no son demasiado altos y no queremos que nuestros días acaben como los de María Antonieta.

A la hora de cenar el ambiente en el Waterside Restaurant es inmejorable. Se respira lujo, pero de ese que nos hace sentir cómodos, puesto que no es nada encorsetado. El sommelier nos propone unos caldos de la región que maridarán a la perfección con las sugerencias del chef. En la carta (que han traducido al español) encontramos productos de temporada, comprados hace pocas horas en los diferentes mercados locales. Sopa de cebolla, ostras gratinadas con puerro y caviar, foie o pescados y carnes de calidad excepcional son solo algunas de las sugerencias para esta noche. 

Cubierta superior del Riverside Ravel.

Concierto en Tournus en un escenario de cuento: una capilla

Y ya, con el estómago lleno, recorremos Tournus de la mano de un guía local. Esta comuna francesa se extiende a orillas del Saona y ha sido históricamente parada para los navegantes que atravesaban el río. La abadía de Saint-Philibert se aprecia ya desde nuestro palacio flotante y constituye una joya del arte románico. Construida en el siglo XI destaca por su impresionante nave con bóvedas de cañón, sus criptas subterráneas y su valor histórico.

El casco antiguo, a la hora del atardecer, nos sumerge en un ambiente onírico con sus callejuelas, casas de piedra, portales antiguos y pequeñas plazas de cuento. Y llega el momento de dirigirnos al Hotel & Spa Les Sept Fontaines, situado en un edificio del siglo XVII que en su día fue maison de la Charité y, posteriormente, residencia de ancianos antes de convertirse en un exclusivo hotel.

Tournus es una comuna francesa se extiende a orillas del Saona.

Le Sept Fontaines cuenta en sus instalaciones con una capilla neogótica que desprende un aura mágica. Sin duda, un escenario extraordinario para disfrutar de un concierto exclusivo, puesto que la acústica es realmente impresionante. Y, a nosotros nos falta tiempo, pero el viajero no debería irse de Tournus sin disfrutar de una cata de vinos para probar algunos de los caldos locales, como Chardonnay o el Pinot Noir.

Chalon sur Saone: los sabores imprescindibles

El crucero Riverside Ravel ofrece diferentes itinerarios que recorren tanto el Ródano como el Saona. En nuestro caso, el punto de partida y de llegada es el mismo: Lyon. Eso sí, todavía nos queda una noche para navegar río arriba y llegar hasta Chalon sur Saone, la ciudad que vio nacer a Nicéphore Niépce, padre de la fotografía.

Estatua del padre de la fotografía, Nicéphore Niépce, en Chalon sur Saone.

‘El sabor de Chalon sur Saone’ es el nombre de la excursión que nos llevará durante 3 horas a descubrir una panadería tradicional, una vinoteca y una confitería. Una forma de conocer la ciudad desde una perspectiva diferente. Eso sí, antes toca descubrir la catedral Saint‑Vincent, construida entre los siglos XI y XVI. Junto a la ella, encontramos el único claustro de canónigos en la región. Y, si se va con tiempo, el museo Nicéphore‑Niépce celebra el legado del inventor de la fotografía, mientras que el museo Denon alberga colecciones arqueológicas, bellas artes y artefactos egipcios.

En la boulangerie La Meuliére se elaboran productos ecológicos y artesanales con harina de alta calidad, elaborada en su propio molino. Ofrecen hasta 21 variedades de pan con masa madre natural. Theo, el dueño, nos lleva hasta la trastienda de su negocio y nos cuenta que empezó su formación como panadero en este mismo local. Entonces surgió la oportunidad de quedarse con el negocio y no se lo pensó. Nos prepara una selección de sus productos en el bonito patio trasero que corroboran su buen hacer y ya, tras esta degustación, seguimos nuestro recorrido.  

La isla Saint‑Laurent con el antiguo hospital de fondo.

En la isla Saint‑Laurent se conservan edificios históricos y antiguos hospitales vinculados a la ciudad medieval. Allí se encuentra también la bodega Terroirs & Millésimes que ofrece una selección de más de 1200 referencias de vinos blancos, tintos, rosados, espirituosos e incluso champán, procedentes de Francia y de otros lugares. Probamos algunos vinos y nos dejamos sorprender por la crema Cassis de Dijon, que se produce mediante la maceración de grosellas negras que se mezclan con el alcohol, sin necesidad de aditivos artificiales o conservantes.

Como última parada, visitamos la confitería Allex, que regenta la familia homónima desde 1975 en el centro de la ciudad. Destaca por ser una de las pocas en Francia que produce todo su chocolate desde el tostado del grano hasta la barra, ofreciendo más de 15 orígenes de cacao diferentes. No podemos resistirnos a sus cáscaras de naranja con chocolate o a sus avellanas del Piamonte recubiertas de cacao. Sin duda, el mejor final dulce antes de volver al barco.

Riverside Ravel, máximo exponente del lujo silencioso.

Nos queda todavía toda una tarde para disfrutar y lo haremos navegando río abajo. El Riverside Ravel se construyó en 2018 y ondea bandera suiza. Cuenta con unas dimensiones de 135 metros de largo y 11 de ancho que albergan 55 suites y unas instalaciones comunes de lujo, entre las que se encuentra una piscina en la parte de popa. También hay tiempo para una última cena y una velada en Palm Court con Yordan, el pianista que ha puesto ritmo a nuestras noches a bordo del barco.

Amanece en Lyon, la ciudad de los dos mil años y es momento de poner fin a este viaje que nos ha llevado a navegar por el Saona y descubrir 5 lugares imprescindibles para decir que conocemos la Borgoña. Pueblos mágicos, castillos de la Edad Media, campos de viñedos y el crucero fluvial más lujoso de Europa son alicientes más que suficientes para querer volver a la Borgoña una y otra vez.

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Buenas noches mis locuelos hidratarse beber mucha agua que con este calor nos vamos a derretir 😘