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Son perfectos para escapar de las aglomeraciones de turistas y disfrutar de la belleza e historia de la ciudad.

Una de las ciudades con más cultura e historia de España, Sevilla recibe alrededor de los cuatro millones de visitantes cada año. Por eso no es de extrañar que sus localizaciones más famosas (como el Real Alcázar, la Giralda, o la Plaza de España) estén siempre tan a rebosar de gente que dé hasta miedo ir a visitarlas.

Además, las guías turísticas tampoco ayudan demasiado en este aspecto, porque en ellas siempre aparecen los mismos lugares de siempre que ya todo el mundo conoce e, incluso, de los que estamos ya aburridos. No es que esté mal visitar los sitios más conocidos, siempre hay quién nunca ha estado en Sevilla y quiere conocerla por primera vez. Pero no son solo estos puntos los que merecen ser visitados.
Por suerte, existen todavía algunos sitios apartados de las hordas de gente, donde se puede pasear tranquilamente a la vez que descubrimos la magnificencia de Sevilla.
El Callejón del Beso
Calle Reinoso es el nombre oficial de esta calle del barrio de Santa Cruz. Con poco más de un metro de anchura, es uno de los callejones más estrechos de la ciudad. Como la mayoría del barrio de Santa Cruz, la calle mantiene el encanto y romanticismo de la Judería, con un ligero aroma a jazmín y azahar.
No se sabe del cierto porqué recibe este sobrenombre; pero una de las teorías es que, al ser tan estrecha, desde sus balcones dos personas se pueden besar sin problema. Por todas estas razones, está considerada la calle más romántica de la ciudad.
Calle Verde
También en la antigua Judería podemos encontrar la calle de San Bartolomé, más conocida como Calle Verde. Su encanto radica en la abundante vegetación que cubre las fachadas de esta estrecha calle, ofreciendo así una sensación de paz a quién la visita.

En esta calle se sitúa la Casa de los Padilla, una de las viviendas sevillanas con más años de historia y que actualmente es un hotel.
Algo menos romántico, pero igualmente importante históricamente, es la matanza de judíos a manos de un pueblo que invadió el barrio que se dice que sucedió en esta calle en 1391.
El Huerto del Rey Moro
En el casco antiguo de Sevilla se halla este espacio verde, con una extensión aproximada de 5.000 metros cuadrados, autogestionado por la asociación de vecinas y vecinos del barrio. Este oasis ideal dentro de la ciudad, donde poder hacer un pequeño picnic después de una mañana descubriendo la ciudad, fue recuperado del abandono en 2004, y recibe su nombre de la Casa del Rey Moro, uno de los edificios más antiguos de la ciudad.
Con parcelas dedicadas a la plantación de hortalizas, el espacio es un punto de reunión de las vecinas y vecinos del barrio. Igualmente pueden acceder visitantes de fuera, siempre y cuando sean respetuosos con el espacio y la gente que vive en la zona.
Las Atarazanas
Junto al río Guadalquivir, en el barrio del Arenal, se erigen las Atarazanas de Sevilla, construidas a mediados del siglo XIII por orden de Alfonso X. Su propósito inicial era la construcción y reparación de galeras para la flota de la Corona de Castilla; pero con la llegada a América en el siglo XVI, se convirtieron en almacén para las mercancías que cruzaban el Atlántico.
Si bien su importancia para la historia de Sevilla es vital, estando presente desde la época de la Reconquista, el paso del tiempo conllevó su abandono y modificaciones; de las 17 naves construidas originalmente, tan solo son siete las que sobreviven.
Callejón de la Inquisición
Este estrecho pasaje, de tan sólo 35 metros de longitud, se sitúa en el barrio de Triana, junto al antiguo castillo de San Jorge, que en otra época sirvió como sede y prisión de la Inquisición.
Durante esa época, todos aquellos acusados por la Inquisición eran conducidos a través de este callejón o bien a ser juzgados, o hacia la hoguera una vez condenados.
Si bien el castillo fue derruido en el siglo XIX para la construcción del Mercado de Triana, el callejón se mantiene como un recordatorio de lo que sucedió, tanto en ese callejón como en la mayoría de la península.
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