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Hay 7 monasterios dedicados a San Miguel Arcángel que forman una línea perfecta de 4.000 kilómetros. ¿Casualidad o milagro?

No hace falta ser un gran devoto de San Miguel para haber oído su nombre. El arcángel que, según la tradición cristiana, ejerció como comandante del ejército celestial que expulsó a Satanás al infierno es hoy considerado protector de los fieles. Se le representa como un hombre alado y sosteniendo una espada con la que todavía hoy libra batalla para alejar a los espíritus inmundos.
Tamaña misión no está exenta de reconocimiento. A lo largo del continente europeo hay cientos de iglesias y representaciones en honor del conocido como Príncipe de la Milicia Celestial. Probablemente el más conocido sea el Mont Saint-Michel, esa isla mareal situada en la Normandía francesa sobre la que se asienta una preciosa abadía que solo es accesible a pie a determinadas horas del día.
Lo que no todo el mundo sabe es que si señalamos en un mapa los principales monasterios dedicados al Arcángel, todos ellos constuidos muchos siglos antes de que la cartografía fuera perfeccionada, se traza una línea recta perfecta que culmina en Tierra Santa. Esta es la línea milagrosa de San Miguel y todas las paradas que recorre.

Skellig Michael, Irlanda
El punto más occidental del recorrido está en el condado de Kerry irlandés. Justo frente a la península de Iveragh, separada de tierra firme por un mar bravo de peligrosas mareas, se alza la conocida como Skellig Michael, o la Roca de Miguel.
Esta pequeña islita fue ocupada por primera vez en el año 588, cuando San Fionan fundó un monasterio paleocristiano que acabó siendo centro de referencia en todo el país. Los escasos visitantes que se atreven a viajar a la isla descubren una escalinata de 270 escalones tallada en la roca por los monjes y las ocho edificaciones en las que hacían vida: seis chocitas cónicas de piedra y dos oratorios, uno de los cuales se dedica a San Miguel.
En el siglo XII, durante la Pequeña Edad de Hielo provocada por el cambio climático, la vida en la isla se hizo tan dura durante los meses de invierno que la orden decidió abandonarla e instalarse en tierra firme. Su difícil acceso ha hecho que permanezca casi intacta 900 años después.

El monte Saint Michael, Reino Unido
Conoces el de Normandía, pero ¿sabías que tiene un hermano gemelo inglés? En la costa de Cornualles hay otra isla mareal, también solo accesible durante la marea baja, conocida como monte Saint Michel y que se alza a 366 metros sobre el nivel del mar.
Según la tradición, la primera ermita se fundó después de que San Miguel se apareciera a los pescadores en el año 495. Ya en el siglo VIII aparecen registros del monasterio que hoy conocemos y que fue cedido a los benedictinos por Eduardo el Confesor.

El monte Saint-Michel, Francia
Los benedictinos fueron también los responsables de conservar el monasterio normando. En este caso fue en el año 708 cuando el obispo de Avranches, san Aubert, alegó haber recibido varias visitas de San Miguel pidióendole consagrar una iglesia, alegando, cuenta la leyenda, que fue en este monte en el punto exacto donde derrotó a Satán transfigurado en dragón. Un año después, el 16 de octubre de 709, alzó el santuario con una estatua de san Miguel en la cumbre.
No obstante, los cristianos no fueron los primeros en encontrar el encanto espiritual a particular este trozo de tierra: bajo el monasterio se han hallado evidencias que señalan que era un lugar de culto druida para los célticos.
En el año 966 se instaló en el santuario una orden de benedictinos, que dedicaron ocho siglos a ampliar constantemente el edificio. No obstante, se vieron obligados a abandonarlo durante la revolución francesa en 1791.

Sacra di San Michele, Italia
Aunque en Apulia hay otro monasterio en el que recalaremos después, la línea milagrosa también atraviesa el monasterio de la Sacra di San Michele, cerca de Turín.
Alzado sobre la cima del monte Pirchiriano, su origen data del año 980, cuando san Miguel se apareció a Jean Vincent, un ermitaño que vivía en la roca, y le pidió que construyera allí una abadía. Actualmente se encuentra a cargo de los padres rosminianos.
Desde su fundación ha sido un lugar de visita religiosa, ya que se encuentra en el cruce de tres caminos de peregrinación: la Vía Francígena, que une Canterbury con Roma; el Camino de Santiago; y el Camino de San Miguel, que va del monte Saint-Michel al monte Sant'Angelo, el de Apulia. No obstante, su ascenso a la fama es reciente: empezó a ser mundialmente conocido gracias a que la obra El nombre de la risa de Umberto Eco se ambienta aquí.

El satuario del Monte Sant'Angelo, Italia
Un poquito más al sur se ubica el santuario más antiguo dedicado a San Miguel en Europa. Según escritos datados del siglo VIII, su origen se vincula a unas apariciónes del Arcángel en el año 490 al obispo de Siponto, siempre en una cueva junto a las montañas. San Miguel pidió que dedicara una cueva al culto cristiano y prometió que protegería al pueblo de los invasores paganos.
Dicho y hecho: dos siglos después, en el año 663, durnte una batalla contra un pueblo invasor, el Arcángel se apareció en lo alto de la montaña armado con una espada de fuego para defender a los sipotanos y los beneventanos. Desde aquella victoria, se inauguró la fiesta de San Miguel el 8 de mayo y se construyó una basílica sobre la pequeña iglesia del siglo V.

El Monasterio de San Miguel Arcángel de Panormitis, en Grecia
En una pequeña isla griega llamada Symi hay un total de 13 iglesias y monasterios, varios de ellos dedicados a San Miguel. El más conocido es el de Panormitis, alzado en el 450 sobre un antiguo templo dedicado al dios Apolo.
La iglesia fue restaurada en el siglo XVIII siguiendo el estilo veneciano y en el 1911 se le añadió un campanario barroco. En su interior se venera la efigie del Arcángel Miguel de Panormitis, santo patrón de la bahía y protector de los marineros del Dodecaneso.

Monasterio Stella Maris, Israel
Este monasterio no está dedicado a San Miguel, sino a la Virgen María en su advocación de Estrella de los Mares. No obstante, hay dos aspectos que muchos quieren relacionar con el Arcángel: el primero, el hecho de que la Virgen es referida como la Reina de los Ángeles; y el segundo, la vinculación del monte con el profeta Elías.
Según las escrituras, Elías, profeta del siglo IX a.C. de gran importancia para musulmanes, judíos, católicos y ortodoxos, terminó viviendo en una cueva en este mismo monte. Y en muchas de las imágenes dedicadas a Elías, algunas en el mismo monte, se le representa sosteniendo una espada. Exactamente igual que a San Miguel.
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