lunes, 17 de abril de 2023

Canal Historia Guerras y Reinos : La batalla de Cartagena de Indias

 laamericaespanyola


La batalla de Cartagena de Indias tuvo una duración de más de dos meses, y se desarrolló entre el 13 de marzo y el 20 de mayo de 1741. Se enfrentaron el ejército español y el ejército británico y sirvió para marcar la resolución definitiva de la guerra del Asiento entre España y Gran Bretaña. Fue la batalla decisiva en esta guerra, también llamada por los ingleses  “Guerra de la oreja de Jenkins” (1739–1748).

Los antecedentes se remontan a 1713, cuando se firma un tratado entre España y Gran Bretaña, llamado del «Asiento» (monopolio a favor de Inglaterra del tráfico de esclavos negros), lo que daría inicio a las rutas del «comercio triangular británico«:tratado del asiento
Los británicos vendían armas y tejidos en las costas de África a cambio de esclavos, que a su vez se cambiaban en América por productos coloniales, y estos a su vez eran vendidos en Gran Bretaña, cerrándose el círculo. El monopolio de este comercio fue entregado por el gobierno británico a la “South Sea Company”, pero enseguida encontrarían demasiado estricta esta normativa regulada y empezarían a practicar el contrabando a gran escala.

A ello se sumaría el alto interés británico por establecer bases terrestres en el continente americano, especialmente en las costas del Golfo de México y del Mar Caribe.

Aunque los ingleses ya tenían algunas posesiones en el Caribe, como la isla de Jamaica y algunas Antillas menores, ahora pensaban incrementar su poder aprovechando el declive en el que parecía haber entrado el Imperio español. Ya habían intentado conquistar alguna plaza fuerte o ciudad pero los españoles siempre habían conseguido recuperar sus posesiones.Vernon1Portrait_original

Así, Edward Vernon, futuro jefe de la expedición contra Cartagena de Indias, declaraba en julio de 1738 durante una conferencia en el Almirantazgo que, de estallar la guerra con España, un ataque contra el corazón español en el Caribe haría colapsar su comercio, fijando de este modo el objetivo estratégico general de la Royal Navy.

Un año antes, el 3 de febrero de 1737, el teniente general de la Armada D. Blas de Lezo y Olavarrieta partía desde Cádiz con los navíos “Fuerte” y “Conquistador”, en dirección a Cartagena de Indias, puerto en el que entró el 7 de marzo junto con el nuevo Gobernador de la ciudad caribeña, el coronel Pedro José Fidalgo, así como con Melchor de Navarrete, recién nombrado teniente del Rey y comandante de la recién creada guarnición Fija de Cartagena. Dicha guarnición que debería contar con nueve compañías de infantería y una de artillería con un total de 667 hombres, había sido constituida orgánicamente en 1736. Su reglamento llegó a la ciudad con Blas de Lezo.

blas de lezo original
Blas de Lezo copia del original 1853. Museo Naval de Madrid.

Asumiendo el mando de la escuadra de guardacostas de Cartagena de Indias el 11 de marzo, Blas de Lezo se encontró con una situación deplorable y durante ese año no pudieron encontrar más de 150 soldados, 600 fusiles estropeados, 90 cañones de artillería (todos en pésimo estado), 90.000 libras de pólvora (de principios de siglo), y 14.000 balas de artillería. Un informe de ese mismo año indicaba que todas las fortalezas, castillos y baluartes de la ciudad disponían de un total de 207 cañones, cuando su número efectivo debía ser el doble.image (1)

En julio de 1738, Lezo, Hidalgo y Navarrete habían conseguido elevar la guarnición hasta los 520 hombres. Ante la amenaza de una próxima guerra con Gran Bretaña lograron que fuera mejorando la situación, y Fidalgo consiguió también reconstruir las milicias elevando la cifra de efectivos en la plaza a un total de 900 hombres. 

Pero Fidalgo cayó gravemente enfermo y fallecería en febrero de 1740. Melchor de Navarrete lo sustituyó como gobernador interino y sus decisiones fueron asesoradas por Blas de Lezo, quien se hizo cargo realmente de organizar la defensa y preparar la ciudad para los difíciles tiempos que se avecinaban. Navarrete tenía plena confianza en Lezo y seguía todas sus recomendaciones. Los dos trataron de profundizar en la labor impulsada por Fidalgo.

La prioridad, en esos momentos, no podía ser otra que el abastecimiento de la plaza, el cuidado del material almacenado en el arsenal, y la fortificación de la bahía. Pero todo ello era una lucha contra el tiempo y la escasez. Por ello Lezo ordenó que parte de la artillería, bombas, armas y  pólvora de sus navíos fuera destinada a las fortificaciones de tierra.

Al fin los ingleses declararon la guerra a España el 23 de octubre de 1739, y aunque existía un anecdótico «casus belli», como era el de la oreja de Robert Jenkins (a), ya tenían un claro plan estratégico:

Su objetivo más importante era estrangular las rutas comerciales en la zona de Panamá-Portobelo. George Anson, con una escuadra por el Pacífico Sur, atacaría en combinación con el ataque de Vernon en aguas caribeñas. La escuadra de este, reforzada con la de Ogle, debía tomar Cartagena de Indias. Objetivos secundarios serían las plazas caribeñas de las actuales Colombia y Venezuela, como Santa Marta o La Guaira. Seguidamente, haciendo caer La Habana, las demás plazas españolas caerían una tras otra al quedar aisladas.

(a): El anecdótico «casus belli se había producido nueve años antes, cuando en Septiembre de 1731 en las costas de Florida, el capitán del guardacostas español «La Isabela», Juan León Fandiño, interceptó el buque corsario Rebbeca, al mando del contrabandista británico Robert Jenkins.  Le castigó cortándole una oreja y dándole un mensaje para el rey de Inglaterra bastante claro: «el monarca también perdería una oreja si se atrevía a seguir con el contrabando».

Siete años mas tarde, en 1738, parece que Jenkins acudió al Parlamento inglés con su oreja conservada en un bote lleno de alcohol. Esto fue la excusa de Gran Bretaña para declarar la guerra a España, e intentar arrebatarle algunas de sus posesiones.

Meses antes de la declaración de guerra, el 30 de julio de 1739, el almirante Vernon recibía instrucciones de la mano del mismo Rey en la que se le instaba a destruir los puertos y buques españoles en las Indias Occidentales “por cualquier método”.

El 26 de octubre de 1739, llegaba Vernon a Jamaica, adelantando antes las hostilidades al enviar tres navíos bajo el mando del capitán Thomas Waterhouse a interceptar las naves mercantes españolas que hacían la ruta entre La Guaira (Venezuela) y Portobelo (Panamá), pero fue derrotado el día 22, a pesar de la artimaña de atacar el puerto de La Guaira izando el pabellón español en sus buques.

Pocas semanas después, el 21 de noviembre de 1739, Edward Vernon atacó la desguarnecida y mal defendida plaza española de Portobelo, situada en el istmo de Panamá, arrasándola sin contemplaciones.

España tardaría más de un mes en contestar a la declaración de guerra, respondiendo de igual forma el 1 de diciembre de 1739, pero sus decisiones aunque algo lentas empezaron a paliar la gravísima situación.

La labor de Fidalgo, continuada por Navarrete y Lezo, y a pesar de las limitaciones, daría sus resultados cuando consiguieron rechazar con éxito los dos primeros ataques de Vernon contra la plaza, produciéndose el primero de ellos entre el 18 y el 21  de marzo de 1740.

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Sebastián Eslava

El virreinato de Nueva Granada había sido reinstaurado en 1739 y el nombramiento había recaído en Sebastián de Eslava y Lazaga, que había partido de el Ferrol a primeros del año 1740 en los navíos Galicia, y San Carlos. Llevaba un refuerzo de 600 infantes de marina y atravesó el Atlántico y el Caribe, esquivando a la flota británica. Llegó al castillo de San Luis de Bocachica el 21 de abril de 1740 y desembarcó en Cartagena de Indias el 24 de abril.

Pocos días después, el 3 de mayo de 1740 volvería a intentar Vernon un amago de tomar la plaza de Cartagena, atacándola  con una escuadra de  doce buques de guerra, dos bombardas y dos brulotes. Según algunas fuentes quedó atrapado entre los seis navíos españoles de línea y la artillería de costa, por lo que tuvo que retirarse.

Un nuevo refuerzo se enviaría desde la península, cuando el 31 de julio de 1740 zarpaba de Ferrol rumbo a las aguas americanas, la escuadra de Rodrigo Torres compuesta por 14 buques, 2.000 hombres de tropa y suministros, llegando a Santo Domingo el 15 de septiembre. Tras la preceptiva aguada y reparación de buques, la flota española apareció frente a las costas de Santa Marta el 16 de octubre, para finalmente arribar a Cartagena el 23 del mismo mes, desembarcando las tropas de refuerzo de los batallones España, Aragón y Granada. Poco después partiría hacia La Habana, ya que también estaba amenazada por los británicos.

La Real Armada española disponía en ese momento de apenas 34 navíos de línea frente a los nada menos que 103 navíos de la Royal Navy británica.

Por fin un año después de los dos primeros intentos, Vernon decidió lanzar el ataque definitivo a Cartagena, y partiendo de Port Royal (Jamaica) con una gran Armada, se presentó en sus costas con no menos de 29 navíos (algunas fuentes estiman 36), 12 fragatas y más de 130 buques de transporte, que embarcaban una poderosa fuerza de entre 8.000 y 9.000 soldados, más de 2.000 infantes de marina, más de 3.000 hombres procedentes de las posesiones inglesas en Virginia y Carolina y 2.000 macheteros negros jamaicanos. La marinería de toda esta inmensa armada no era inferior a los 15.000 hombres. El total por tanto de fuerzas desplegadas por los británicos frente a Cartagena, en ningún caso fue inferior a los 27.000 hombres, con una probable horquilla superior que podría superar a los 30.000.

Los reclutas de Virginia y Carolina estaban bajo las órdenes del Coronel Gooch, Gobernador de Florida y uno de sus oficiales era Lawrence Washington, hermanastro del futuro primer presidente norteamericano George Washington. 

De los más de 30 navíos, al menos 8 eran de tres puentes con más de 80 cañones, y el resto de entre 60 a 70 cañones. Las fragatas disponían de entre 20 y 50 cañones y la flota se complementaba con 3 brulotes y 2 bombardas. Su artillería pasaba de los 2.000 cañones.

La Armada se dividía en tres escuadras, comandadas por  el almirante  Edward Vernon, el contralmirante Chaloner-Ogle y el comodoro Richard Lestock.

El mando del ejército de invasión estaba a cargo del brigadier Wentworth, con los regimientos de  Bland, Cavedish, Douglas, Guise, Handasyd, Harrison, Lowther, Moreton, Robinson, Wentworth, Wolfe y Wynyards.

Mientras en el Pacífico Sur, el intento de Anson de atacar en el istmo de Panamá para cortar las comunicaciones entre los Virreinatos de Granada y Nueva España se saldaba con un fracaso.

En el momento del ataque británico, Cartagena de Indias estaba defendida por menos de 3.400 efectivos reales (Fuente: AGI, Santa Fe, 938, 939. Diversos estadillos de fuerza. Marchena (1982), Lorén (2013), Silos (2004) y Menbrillo (2011): 

Guarnición de Cartagena:  430 hombres

Batallones de refuerzo:  787 hombres

Marinería:  1.000 hombres

Milicias:  500 hombres

Arqueros indios600 hombres

Armamento219 cañones , 15.200 balas de cañón y 1.600 fusilessanluis y baterias

6 navíos de guerraGalicia (70 cañones), San Felipe (80), África (60), San Carlos (64), Dragón (60) y Conquistador (64). Su artillería estaba reducida a la mitad por haberse trasladado a reforzar las baterías de tierra. Un mercante artillado, el Trechuelo con 30 cañones

Fortalezas y baterías:

Castillo de San Luis en Bocachica: 64 cañones, de los cuales 40 procedían de los navíos, y 3 morteros

Fuerte de San José en Bocachica en la isla de Baru: 12 a 20 cañones

Batería San Felipe de Bocachica en Tierra Bomba: 5-6  cañones

Batería de Santiago en Tierra Bomba: 11 a 15 cañones

Batería de Chamba en Tierra Bomba: 4 cañones

san luis de bocachica. recostruccion virtual. Museo Naval Madrid.
Fuerte de San Luis de Bocachica. Recostruccion virtual. Museo Naval de Madrid.

Batería de Punta Abanicos en la isla de Barú: 14 cañones

Batería de Varadero en la isla de Barú: 4 cañones

Batería de Pasacaballos13 cañones

Castillo de Santa Cruz de Castillogrande en la punta del judío: más de 30 cañones procedentes del navío San Felipe. El resto hasta un total teórico de 64, se encontraba en mal estado.

Fuerte San Juan de Manzanillo en la bahía interior: entre 4 y 11 cañones

Fuerte San Sebastián del Pastelillo (Boquerón) en la bahía interior: 21-31 cañones

castillo-san-felipe
Castillo San Felipe de Barajas, actual

Castillo San Felipe de Barajas (San Lázaro) 21-23 cañones. Durante este ataque, todavía era un fuerte triangular de pequeño tamaño, ampliado con un hornabeque o defensa avanzada hecha de terraplén de tierra coronado por una empalizada, y una plataforma para una batería de cinco cañones para el sector Sur, que flanqueaba la principal vía de aproximación, triplicando el tamaño de la fortificación (pero no tan formidable como el de la foto).

Murallas de Cartagena60 cañones

Barrio de Getsemaní30 cañones

cartagena, murallas
Murallas de Cartagena de Indias

La ciudad de Cartagena de Indias, era una ciudad amurallada defendida por 21 baluartes o bastiones. Contaba también con una gran bahía cuyos fuertes y baterías de artillería la protegían en al menos dos flancos. Desde el punto de vista náutico y militar, las condiciones geográficas de la bahía proporcionaban un entorno favorable para convertirla en un puerto seguro, sobre una isla cuyo frente marítimo está bordeado de arrecifes rocosos sumergidos que la convertían en impracticable desde la mar, y rodeada de otras islas semejantes con una extensa red de canales, esteros y ciénagas, que permitía asegurar una efectiva defensa combinando murallas y castillos que aprovechaba los fosos naturales que la geografía les ofrecía.

La gran bahía de Cartagena a su vez está dividida en dos bahías naturales con características defensivas muy diferentes: la Bahía Exterior limitada por la península de Bocagrande, el continente, y las islas de Tierrabomba, Barú y Manzanillo; y la Bahía Interior con el puerto colonial, cerrada también por la península de Bocagrande, el continente, y por las islas de Manga y Manzanillo.cartagena completo

En 1741 la ciudad de Cartagena de Indias estaba habitada por más de 10.000 habitantes, y su puerto era la base de la “Flota de Tierra Firme y Perú”. La entrada en la gran bahía solo se podía realizar por el canal de Bocachica de 650 metros de anchura, donde se tendía una cadena que impedía el paso de los buques. 

El punto más alto de Cartagena de Indias es el Cerro de La Popa, a 163 m sobre el nivel del mar, que domina toda la zona. Desde el castillo de San Felipe de Barajas a la puerta de la Media Luna de la ciudad en el barrio de Getsemaní había menos de 500 m. El castillo de San Felipe de Barajas está situado en el cerro de San Lázaro a 40 m sobre el nivel del mar, dominando el barrio de Getsemaní, la ciudad de Cartagena y la costa. Desde el castillo de San Luis de Bocachica hasta el de San Felipe de Barajas hay 13 kilómetros en línea recta, donde se decidirían los hechos más relevantes.

La temperatura media de Cartagena de Indias ronda los 30º centígrados y los periodos más lluviosos son primavera y otoño, estando la zona fuera de la ruta de huracanes del Caribe.

Cronología de la batalla

13 de marzo: después de divisarse desde Cartagena las velas de la imponente Flota de invasión, dos navíos de 70 y 50 cañones y una balandra, se dirigen a la zona entre Punta Canoas y La Boquilla. Su intención es reconocer la zona con el fin de fondear. Realizan algunos disparos con los que esperan conocer los emplazamientos de las defensas.

14 de marzoCartagena de Indias está bloqueada por mar. Se tiende la cadena en Bocachica.

15 de marzo: continúan llegando buques ingleses a las costas de Cartagena, desplegándose entre Playa Grande y La Boquilla. Ese mismo día hay un intento de desembarco en esa zona que es repelido por el rápido envío de refuerzos.04 Mapa de la batalla

17 de marzo: cuatro navíos  y dos paquebotes ingleses se presentan ante San Luis de Bocachica y comienzan el cañoneo contra los fuertes y baterías de aquella entrada a la bahía. Son respondidos con eficacia por la artillería española.

18 de marzo:  el grueso de los navíos OREJA MAQUETA BOCAGRANDEingleses anclan frente a Bocagrande durante un tiempo, ya fuera del radio de la artillería española, ojeando el terreno, y comprobando que al otro lado de la boca hay preparados dos navíos de Lezo.

19 de marzo: cuatro navíos ingleses se unen a los otros cuatro existentes previamente frente a la batería de Chamba. Acumulan fuerzas con vistas a un ataque generalizado contra las defensas españolas de la zona de Bocachica y estudian las posibilidades de desembarco.batalla bocachica

20 de marzo: se sitúan cinco navíos ingleses frente a la batería de Chamba, bombardeando una defensa inexistente porque la batería había sido abandonada dos días antes y retirados sus cañones.

Toda la escuadra británica se dirige ahora hacia esta zona, manteniéndose cuatro navíos bombardeando el fuerte de San Luis y otros tres son enviados unos kilómetros al este a bombardear las baterías de San Felipe y Santiago en Tierra Bomba, sosteniéndose un intenso duelo artillero entre atacantes y defensores. El fuego desde el castillo de San Luis y de los navíos de Lezo deja muy dañados a cinco navíos ingleses

El resto de la armada inglesa queda anclada frente a la Punta de Icacos, muy cerca del puerto de Cartagena, donde estaban los buques españoles Dragón y el Conquistador que impedían el paso a la bahía interior de Cartagena por Bocagrande.

OREJA CUADRO DESEMBARCO

21 de marzoComienza el desembarco inglés en Tierra Bomba.

22 de marzo: los ingleses  emplazan una batería de 12 morteros en Tierra Bomba y comienzan a bombardear.

23 de marzocontinúan los bombardeos sobre el Castillo de San Luis desde el mar y desde las baterías en tierra.

24 de marzoha pasado más de una semana y los ingleses solo han conseguido desembarcar 3.000 hombres que están empantanados en Tierra Bomba. 

25 a 28 de marzoContinúa el bombardeo sobre el Castillo de San Luis desde tierra y mar. En su apoyo responden los cuatro navíos de Lezo, la batería de San José y las baterías de Punta Abanicos y Varadero en la isla de Barú. Según Lezo ya había soportado más de 2.100 bombas.bombardeo al san luis

27 de marzolos ingleses comienzan a montar en Tierra Bomba una batería enfilada hacia el castillo de San Luis de 20 cañones de a 24 libras y 40 morteros.

29-30 de marzolos ingleses desembarcan 300 hombres en el lugar donde se hallan las baterías de Varadero y Punta Abanicos, atacándolas y destruyéndolas.

31 de marzolos españoles recuperan la posición de Punta Abanicos y Varadero, y vuelven a instalar una batería con 10 cañones. A las 6’30 horas se inicia nuevamente el ya habitual bombardeo diario contra el castillo de San Luis por parte de las baterías británicas instaladas en tierra, que lanzan bombas de manera constante. La cadencia inglesa alcanza los 60 disparos/hora.

1 de abrilse desmantela gran parte de la artillería de los buques de guerra de Lezo para reponer los del castillo de San Luis. Los ingleses combinan el ataque de 13 navíos del comodoro Lestock, con un martilleo artillero de las baterías que habían instalado en tierra, consistentes en cañones y morteros que lanzan granadas y bombas. Una auténtica lluvia de proyectiles.

Los españoles responden con todo lo que les queda en ese sector: Castillo de San Luis, Castillo de San José, cuatro navíos y las baterías recuperadas de Varadero y Punta Abanicos. El Galicia (70) y el San Carlos (60) los maniobra Lezo para acercarlos a la costa y apoyar al Castillo de San Luis, de manera que apuntan hacia el lugar del bosque de donde provienen los disparos así como a la infantería inglesa que pretende acercarse a la fortaleza. Los otros dos navíos españoles, el África (64) y el San Felipe (64), se acercan a la cadena que cierra la entrada para combatir directamente a los navíos ingleses que se aproximan.

2 de abril: a las 7:00 de la mañana la nueva y potente batería inglesa desde tierra se une al bombardeo del fuerte, junto con todos los navíos de dos de las tres escuadras británicas. Al anochecer el castillo de San Luis ya solo cuenta con dos cañones operativos. Según anotó el propio Lezo, 18.000 cañonazos y más de 6.000 bombas fueron lanzadas contra el castillo de San Luis de Bocachica desde el principio del asedio. Blas de Lezo aconseja retirar la guarnición de San Luis antes de que los invasores la tomen, lo que da por hecho en plazo breve. El virrey, escuchando al coronel Desnaux, al mando de la tropa allí situada, opina lo contrario

3 de AbrilTres buques ingleses  vuelven a bombardear las recuperadas baterías de Varadero y Punta Abanicos, destruyéndolas por segunda vez.

4 de abrilcomienza la retirada del Castillo de San Luis y del Castillo de San José. Desembarco de tropas inglesas en Punta Abanicos.

5 de abril: dos horas antes del anochecer, las tropas inglesas lanzan un asalto combinado por tierra y mar contra el fuerte de San Luis de Bocachica, que ya está destruido. El ataque inglés se realiza con 2.000 hombres. Los españoles consiguen retirar por mar 250 hombres. Son tomados el San Luis y el San José.

Son hundidos o incendiados por sus propias tripulaciones los cuatro navíos españoles ya muy maltrechos, aunque los ingleses consiguen recuperar el Galicia.

La defensa de Bocachica a cargo principalmente de la artillería y cartagena fase2efectivos de la Real Armada, había sostenido la entrada durante 17 días. Los ingleses reconocieron la efectividad de la artillería española.

5 y 6 de abrillos ingleses cruzan el canal de Bocachica y Vernon instala su puesto de mando en Punta Perico (Tierra Bomba). El Dragón y El Conquistador se trasladan a la bahía interior entre los fuertes del Castillo Grande y del Manzanillo. Lezo organiza la tropa de marinería en 8 piquetes móviles de 50 hombres y 200 marineros con sus fusiles en el barrio de Getsemaní y 450 para manejar la artillería.

7 de abril:  el virrey autoriza la última salida hacia Mompox de mujeres y niños. mompoxLas monjas deciden quedarse para cuidar de los enfermos y heridos.
Al resto de personal civil se le instruye en el manejo de armas. Vernon envía al  navío Weymouth (70) en compañía de una balandra a apoderarse de las posiciones españolas situadas en Pasacaballos, lugar por donde entraban víveres y mercancías hacia Cartagena de Indias, adueñándose del lugar y de las barcas de transporte allí existentes. Eso les sirvió para hacer aguada. Destruyen también las dos baterías de 7 y 6 cañones.

8 de abrilLezo forma una línea defensiva de navíos mercantes entre los fuertes del Manzanillo y Castillo Grande, pero Eslava da la orden de echarlos a pique para obstaculizar la entrada de los buques ingleses.

9 de abrilEslava da orden de abandonar el Castillo Grande porque considera su posición absolutamente insostenible y las defensas del todo inadecuadas, así como hundir también los dos navíos de guerra (Dragón y Conquistador), contra la opinión de Blas de Lezo. Los barcos serán hundidos el día 11.

11 de abrillos británicos  inician el bombardeo a los fuertes de Castillogrande y Manzanillo. El primero de ellos de madrugada es abandonado por los españoles en contra de la opinión de Lezo. Un grupo de ingleses desembarca en Castillo Grande y, sin problemas, se hace dueño de la fortificación. Los españoles abandonan parcialmente el castillo del Manzanillo

13 de abrillos ingleses comienzan el bombardeo de la ciudad de Cartagena de Indias desde las dos bombardas, que durará varios días.

15 de abrilenfrentamiento de Lezo y Eslava, con la renuncia del primero que es aceptada por el virrey, quien asume el mando efectivo y directo de todas las tropas, incluidas las de Marina, y envía para relevar a Lezo al teniente coronel Pedro Casellas, que anteriormente había dirigido con éxito las baterías de La Boquilla.

A diferencia de los demás subordinados de Eslava, Lezo siempre expresó su propio criterio, aunque nunca dio un paso sin su consentimiento, cumpliendo sus órdenes, impulsado por su gran espíritu militar y con la certeza de que Eslava era su superior.

16 de abrillos británicos desembarcan en las islas de Manga y Manzanillo y ocupan con 1.500 hombres el Tejar de Gracia, completándolo con hasta 4.000 efectivos. Se encuentran ya a dos millas de distancia del castillo de San Felipe, y pasan desde la Quinta por la parte más estrecha del istmo de la península de la Popa, hacia la cima.ataque a la boquilla

17 de abril: la compañía americana venida desde la colonia de Virginia al mando del coronel Gooch, ocupa el cerro de La Popa. Desde ahí hasta el castillo de San Felipe de Barajas hay 1.5 km en línea recta, aunque para llegar a pie hay que dar un rodeo: son casi 3 km y se tarda unos 45 minutos en llegar.

18 de abril: los ingleses consiguen desembarcar un grupo de 300 soldados en La Boquilla y se aproximan hacia la ciénaga de Tesca. El virrey envía 200 hombres para reforzar la posición que es suficiente para contener a los ingleses y rechazarlos, produciéndose una precipitada huida de los atacantes.

Con sensatez y responsablemente, a pesar de las fuertes diferencias, Eslava acepta de alguna manera responsabilidades de mando de Lezo. La situación lo exige. Sin asomo de duda, Don Blas se dirige hacia al lugar donde cree puede ser de más utilidad: la puerta de la media luna y su batería frente al castillo de San Felipe de Barajas.

19 de abrilllueve copiosamente. Desde hace 35 días disparan los británicos sus cañones sobre Cartagena de Indias y sus posiciones defensivas. Se rechaza por parte de grupos de milicianos un nuevo ataque en la Boquilla.

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Castillo de San Felipe durante el ataque de 1741

Vernon da la orden de atacar el Castillo de San Felipe de Barajas. El general Thomas Wentworth considera que es un gran error no haber derribado antes las murallas del castillo como se había hecho en Bocachica con el castillo de San Luis. Aunque Vernon había ordenado “ablandar” las posiciones españolas, al situar sus embarcaciones dentro del radio de acción de los cañones de las murallas del fuerte El Boquerón y del propio castillo de San Felipe, recibieron un tremendo fuego cruzado que les obligó a retirarse con daños considerables en sus navíos. 

20 de abrila las 3:00 horas y en la oscuridad de la noche, inician la marcha los británicos para asaltar el Castillo de San Felipe, a cuyas inmediaciones llegarán poco después. El ataque lo llevarían a cabo nada menos que 4.000 hombres divididos en tres columnas. De ellos se lanzaron 3.200 y quedaron con una reserva de 800 hombres. Llevaban escaleras para trepar a sus muros. Esperaban tomar la fortificación por sorpresa. Desde las trincheras en Z que mandó construir Blas de Lezo (algunos autores incluyen un foso) y el fuego de San Felipe de Barajas contra las columnas atacantes, se hacen estragos entre los ingleses. Sumándose al apoyo artillero, el fuego cruzado desde 300 metros de los cañones de las murallas de Getsemaní y de la batería de la Media Luna dirigidas por Lezo, hace retirarse a los británicos.  El fuerte de El Boquerón, que no ha sido tomado por los ingleses, también contribuye con su artillería a batir las posiciones inglesas. La salida de los españoles a la bayoneta desde el San Felipe remata la faena y provoca la huida británica en desbandada.

22 de abrilse rechaza un nuevo ataque al puesto de la Cruz Grande en la zona de la Boquilla. Se bombardea el Castillo de San Felipe y la ciudad desde tierra y desde las bombardas.

23 de abrilcontinúa el bombardeo inglés desde las bombardas.ataque-cartagena

25 de abrilSe mantiene el bombardeo. Reunidos los ingleses en consejo de guerra deciden renunciar a conquistar Cartagena.

27 de abril: el Galicia que había sido capturado por los ingleses bombardea las murallas de Cartagena. Es hundido por la artillería española. Las bombardas son retiradas cesando el bombardeo de la ciudad.

28 de abrildos horas antes del amanecer los ingleses abandonan sus posiciones en tierra. Cesan todos los bombardeos.

30 de abrilcanje de prisioneros, 71 ingleses por 67 españoles

1 a 5 de mayolos británicos se dedican a recuperar arboladuras, anclas y otros efectos necesarios para su partida. También se dedican a destruir y arrasar los castillos, fuertes y baterías capturadas. Queman los restos del Galicia y otros cinco buques británicos que se encontraban muy dañados, además de la falta de hombres para tripularlos.

8 y 9 de mayocon la infantería prácticamente destruida por los combates, el hambre y las enfermedades, Vernon se ve obligado a levantar el asedio y retirarse a Jamaica. Los navíos británicos comienzan a abandonar Cartagena. La maniobra de la salida de la escuadra duró hasta el 20 de mayo.

20 de Mayo: parte el último grupo de buques de Cartagena de Indias.

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Blas de Lezo contempla la victoria, según Moreno y Vallespín.

Las bajas británicas en Cartagena de Indias constatadas por los datos aportados por los desertores y prisioneros, por las tumbas recientes y por los cadáveres descubiertos tras la retirada británica en un radio de unos 20 km fueron las siguientes:

10.000 muertos, 7.500 heridos o enfermos (muchos de los cuales acabaron muriendo en el regreso a la isla de Jamaica), 1.500 cañones perdidos 5 buques hundidos y 17 con daños muy graves.

Las bajas españolas según las fuentes oscilan entre los 200 y 800 muertos, así como 1.200 heridos; seis navíos de línea y varios fuertes destruídos.

blas en cartagena
Blas de Lezo después de la batalla, en las playas de Cartagena de Indias, según Ferrer Dalmau.

Blas de Lezo acabó muriendo el 7 de septiembre de 1741 en esta ciudad, a los 52 años, a causa de haber contraído el tifus probablemente en los últimos días del asedio. Fue enterrado bajo un arco de mármol del convento de los dominicos de Cartagena de Indias.

En el análisis de la batalla (José Manuel Serrano Álvarez) se puede resumir que de la rivalidad entre Vernon y Wenworth, ganó la concepción ofensiva estratégica del primero y suya fue por tanto la única responsabilidad de la derrota. Vernon fue quien dispuso un ataque por fases apoyado siempre por los medios navales: 1) Bocachica; 2) Bahía Interior; y 3) Ataque final desde el este contra la fortaleza de San Felipe de Barajas (San Lázaro), último gran obstáculo antes de entrar en Cartagena atravesando Getsemaní.

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Plan de Vernon. La fase 6 no se realizó.

Del lado español se produjo exactamente la misma rivalidad. Eslava, como virrey y general, estaba convencido de un ataque desde el norte, y prefería restringir la defensa a dos puntos: al norte de Cartagena por la Boquilla, y al sur, por Bocachica.

Sin embargo, el conocimiento psicológico del enemigo por parte de Lezo fue el elemento que, probablemente, salvó a la ciudad. Como marino profesional, sabía que la primacía del componente naval en el enemigo haría caer de este lado la estrategia ofensiva. Sin duda poniéndose en la piel de Vernon, pudo deducir que la manera más segura de conquistar la ciudad era emplear una proyección por fases, en la que el elemento naval, con el apoyo artillero de sus miles de bocas de fuego, y la capacidad de movimiento, acabaría imponiendo un ataque por medios navales que fuera horadando poco a poco la capacidad defensiva de los españoles. 

Los seis navíos de Lezo cerrando la entrada a la bahía, disponían de una potencia de fuego conjunta que no tenía ninguna de las fortalezas de Cartagena. Cuando se produjo el ataque, Eslava pudo percibir que, en efecto, el enemigo iba a concentrar todo su poder en un punto (Bocachica) para forzar la entrada a puerto y disponer su armada para apoyar a su vez los movimientos interiores.

No solo hubo brillantez en Lezo al deducir el plan británico, sino que tanto Eslava como él mismo emplearon sus escasas fuerzas y medios de forma tácticamente impecable, siendo conscientes del factor tiempo.

En efecto, la climatología adversa para los ingleses, la estación del año poco propicia, en la que la humedad era aún mayor, determinaba que cada día de resistencia fuera un factor multiplicador en la eficiencia de los defensores, porque a las normales bajas por el combate, habría que añadir las enfermedades y el descenso de la moral.

La estrategia por tanto no solo consistía en defender al límite en Bocachica su principal fuerte (San Luis), sino que había que demorar al máximo tiempo posible lo inevitable, es decir, la entrada del enemigo en la bahía. Y la táctica empleada por Lezo fue tan brillante como efectiva. Desplazó piquetes desde sus navíos a las baterías costeras y fuertes que daban al mar por Tierra Bomba, y mantuvo un fuego constante contra los navíos y buques de transporte.

Los ingleses, indecisos y aturdidos por una defensa desde la misma playa, tardaron más de una semana en desplegar el suficiente contingente de tropas en Tierra Bomba para forzar la rendición del castillo de San Luis. Paralelamente, Eslava y Lezo dispusieron siempre de unidades móviles que acudían allá donde estaba la acción, fueron  flexibles en sus decisiones tácticas, y retiraron tropas de aquellos sectores que no estaban realmente amenazados.

En el castillo de San Luis hubo siempre alrededor de 200 hombres en su defensa, y esto, unido a la poderosa cobertura de los cuatro navíos de Lezo en Bocachica, fue un factor multiplicador de la verdadera potencia de combate de los españoles, que con limitados medios y armas, generaron confusión y frustración en el alto mando inglés. Los británicos, finalmente, necesitaron una superioridad de hombres de siete a uno y más de diez días de intensos bombardeos, para acallar definitivamente el castillo de San Luis.

Durante el decisivo ataque contra la fortaleza de San Felipe de Barajas (San Lázaro), el mando militar español supo jugar con habilidad con el cansancio del enemigo, que llevaba más de un mes combatiendo en aquellas húmedas latitudes. Lezo y Eslava pudieron concentrar 500 hombres en esta fortificación que, pese a no estar ni concluida ni bien artillada, pudo resistir con relativa facilidad gracias a que el enemigo jamás pudo reunir el factor de potencia de combate de tres a uno, al menos. En esta última fase de la batalla, la moral resultó igualmente decisiva.

Si España sacó adelante esta empresa militar, escribiendo una memorable página en su larga historia, se debió a la conjunción de diversos factores que, como decía Napoleón, hacen imprevisible una batalla. El arrojo de los defensores, destacado por la historiografía, fue fruto de una brillante y acertada dirección militar sobre el terreno, que elevaba la moral de los defensores, e incrementaba las posibilidades de éxito.

El acierto en la estrategia defensiva de Lezo y Eslava fue el factor desencadenante del fracaso inglés que no supo, sobre el terreno y en función de la evolución de los combates, modificar su estrategia ofensiva. La obcecación de Vernon en ceñirse escrupulosamente al plan inicial fue, a su vez, un factor que acentuó las ventajas del proyecto defensivo español.


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