miércoles, 8 de noviembre de 2023

Canal Historia : Historia de Terror

NocheInquientante


 La carretera a Sayulita estaba envuelta en una oscuridad casi tangible aquella noche. Las únicas luces que rompían la inmensidad eran las de mi coche y, eventualmente, una tenue iluminación a lo lejos: una gasolinera solitaria. El reloj marcaba la medianoche y mi tanque de gasolina peligrosamente se acercaba a la "E".

Al acercarme, algo no se sentía bien. La gasolinera parecía antigua, sus luces parpadeaban como si lucharan por mantenerse encendidas. El letrero que colgaba desgastado y crujía con cada ráfaga de viento. Decidí ignorar la sensación de inquietud que se arrastraba por mi columna vertebral.
"No hay nadie más aquí", pensé, mientras miraba alrededor. La noche era silenciosa, excepto por el zumbido ocasional de los letreros luminosos. Salí del coche y me dirigí a la tienda para pagar primero. Al abrir la puerta, el timbre anunció mi entrada con un sonido agudo y prolongado. Detrás del mostrador, dos figuras me observaban fijamente, sus rostros inexpresivos y sus ojos, aunque me miraban, parecían no verme realmente.
Intenté hablar, pero las palabras se perdieron en mi garganta. El aire estaba impregnado de un olor a combustible y algo más, algo dulzón y desagradable. Uno de ellos se movió hacia la antigua caja registradora, sus movimientos eran rígidos, casi mecánicos. No hubo palabras, solo un total silencio que se extendió como una manta espesa entre nosotros.
Pagué y volví a mi coche con pasos rápidos, echando miradas nerviosas sobre mi hombro. Algo en su forma de ser me hizo querer salir de ahí lo más rápido posible. Despaché el combustible, y mientras lo hacía, sentí sus ojos sobre mí, inmóviles e intensos.
Una vez de vuelta en la carretera, mi corazón todavía latía con fuerza. No paré hasta llegar a Sayulita, donde pude encontrar algo de refugio en el bullicio de la pequeña ciudad turística.
Al día siguiente, cuando mencioné la experiencia a un lugareño, buscando alguna lógica, su rostro palideció. "No hay ninguna gasolinera por esa carretera, amigo. La que mencionas... explotó hace años. Nada quedó, ni siquiera las bombas."
Un escalofrío me recorrió el cuerpo. ¿Qué fue lo que vi? ¿A quiénes pagué? No tenía respuestas, solo el recuerdo de una noche que, hasta hoy, me persigue en mis sueños.

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