Canal Noches Inquietantes : El Centro Comercial

 

Nochesinquietantes

Cuando era niño, viví una experiencia en un centro comercial durante la época navideña que me ha perseguido toda mi vida. Recuerdo vívidamente la decoración festiva, las luces parpadeantes y el bullicio de la gente comprando regalos. Entre la multitud, vi a un Santa Claus, pero había algo inquietantemente anormal en él.

Sus rasgos faciales eran grotescos, distorsionados de una manera que me helaba la sangre. Sus manos eran desproporcionadamente grandes y ásperas, más parecidas a garras que a manos humanas. A pesar de su apariencia aterradora, lo que más me aterrorizó fue que comenzó a seguirme.

Caminé más rápido, tratando de perderlo entre la multitud, pero él siempre estaba a unos pasos detrás de mí. Su mirada se clavaba en mi espalda, y podía sentir su presencia opresiva acercándose cada vez más.

En pánico, busqué ayuda. Grité y traté de llamar la atención de los adultos a mi alrededor, pero nadie parecía notar mi angustia. Era como si solo yo pudiera ver a ese ser monstruoso disfrazado de Santa Claus.

Intenté esconderme en una tienda, pero él me encontró. Su rostro se acercó al mío, y su aliento helado me rozó la piel. Estaba paralizado por el miedo, incapaz de moverme o gritar.

Justo cuando pensé que me atraparía, una voz familiar me llamó. Era mi madre, buscándome preocupada. Me giré hacia ella, y cuando volví a mirar, el Santa Claus había desaparecido, como si nunca hubiera estado allí.

Ese día dejé el centro comercial temblando y en lágrimas. Mis padres pensaron que había sido un malentendido o un juego de mi imaginación, pero yo sabía la verdad. Algo maligno me había seguido, algo que solo yo podía ver.

Años después, todavía recuerdo con claridad esa experiencia. Cada vez que veo a un Santa Claus, no puedo evitar sentir un escalofrío y recordar aquellos ojos fríos y aquellas manos deformes que una vez me acecharon en un centro comercial durante la Navidad.