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Una villa milenaria considerada el corazón del tejido de la seda del país.
Una pequeña población del occidente de Turquía, reconocida en los últimos años como uno de los mejores lugares del mundo para hacer turismo rural sostenible, nos abre sus puertas para conocer sus estrechas calles empedradas y los tesoros arquitectónicos que alberga. La que fue antiguamente uno de los centros comerciales de la Ruta de la Seda nos habla de un legado que forma parte ya de la cultura universal.
Un lugar señalado a lo largo de los siglos
La historia de Birgi no tiene nada que envidiar a muchos otros lugares célebres de Turquía. Con miles de años de asentamientos a sus espaldas, este rincón de la actual provincia de Esmirna es un fiable candidato para cualquier visita por la región del Egeo.
La antigua Pyrgion es hoy en día una pequeña villa en la que se palpa sin esfuerzo la mezcla cultural y arquitectónica que el paso de los siglos ha ido depositando en su personalidad. Su herencia bizantino-otomana, especialmente notable en el estilo selyúcida de su patrimonio histórico, se refleja fielmente en su singular arquitectura.
El esfuerzo de la población por conservar su estilo tradicional y preservar los valores ancestrales le han valido incluso para ser propuesta como candidata a formar parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Su mezquita del siglo XIV o la mansión otomana Cakiraga son sus dos grandes joyas, pero sus calles empedradas y sus casas son la parte más encantadora de la localidad y la que crea su ambiente pintoresco lleno de autenticidad.
Birgi es uno de los destinos más interesantes dentro del área de influencia de Esmirna y, en particular, de la provincia de Izmir, tanto por su compromiso con el cuidado del patrimonio como por su propuesta sostenible de turismo rural que enlaza sus atributos urbanos con el descubrimiento del bello paisaje de sus alrededores. Buena parte del éxito de esa propuesta tiene que ver también con su pasado como enlace fundamental en la producción de seda. No obstante, Birgi está considerada uno de los centros de producción histórica de este tejido.
Sintiendo de lleno la Ruta de la Seda
Nombrar la Ruta de la Seda evoca instantáneamente lugares y siglos lejanos y una época de esplendor. Las reminiscencias de Asia acuden a la imaginación y Turquía, como tal, no pasa desapercibida en esas memorias adquiridas.
Birgi fue un centro comercial de la histórica Ruta de la Seda, un punto clave de las numerosas rutas que eran fuente de intercambios no solo materiales sino de ideas y culturas a lo largo de miles de kilómetros.
El papel que desempeñó este enclave contribuyó decisivamente en el desarrollo económico relacionado con el tejido y la manufactura del mismo, pues este era además un punto de producción textil especialmente conocido por la sericicultura, la cría de gusanos de seda. Una seda que era empleada para confeccionar una amplia variedad de productos que aún hoy forman parte de la artesanía local, como ropas o alfombras.
Esa bonanza posibilitó igualmente el auge arquitectónico de Birgi y algunas de sus construcciones más antiguas son fruto de la actividad de acaudalados comerciantes de la época.
Su ubicación estratégica dentro de las rutas comerciales de Anatolia fue determinante en el florecimiento de la villa como punto de paso para los comerciantes de seda que viajaban entre Asia y Europa, dejando estos un poso cultural que se refleja en las tradiciones culturales de Birgi.
A pesar de que la producción de seda ha disminuido en la región en tiempos recientes, Birgi aún conserva un fuerte legado relacionado con este arte. El Museo de Birgi y otras instituciones locales conservan una colección de textiles de seda que dan cuenta de la importancia de esta industria en tiempos pasados. Muchos de los tapices y textiles antiguos exhibidos muestran técnicas de tejido que fueron desarrolladas y perfeccionadas en el contexto de la Ruta de la Seda.
Hoy en día, la seda y el patrimonio relacionado con ella se mantienen vivos en festivales, exposiciones y programas educativos, lo que permite a los visitantes conocer la importancia histórica de esta industria en el desarrollo de la población, siendo un testamento de su influencia histórica en el comercio y la cultura global.
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