De Barbarroja a la Rambla Salada, el Alicante más insólito nos espera

 CanalViajar

Un recorrido por paisajes que parecen de otro planeta.

A mitad de camino entre el Parque Regional Sierra de la Pila y la población de Elche, en la provincia de Alicante, nos topamos con una zona de acusada aridez que, sin embargo, oculta unos paisajes fuera de lo común.

El legado de Barbarroja

Cuando dejamos atrás la conocida Costa Blanca y nos adentramos hacia el interior de la provincia de Alicante vamos pasando por paisajes que son radicalmente distintos a lo que nos encontramos en toda la franja litoral. Destacan los espacios serranos pero también los campos de cultivo y las huertas en las áreas más llanas y extendidas, así como también encontramos, en contraste con las anteriores, lugares asolados por la aridez extrema.

Tal es el caso de toda una zona del municipio de Orihuela, perteneciente a la comarca de la Vega Baja del Segura. Al norte del municipio, en el punto habitado más alejado de la población urbana de Orihuela, se localiza la pedanía de Barbarroja, un enclave particular – reducto del valenciano – situado a un paso, literalmente, del límite administrativo de la región murciana.

Allí, bajo la atenta mirada del cerro del Agudo – objeto de deseo como ascensión para los amantes del senderismo de la zona -, Barbarroja nos hace un guiño, a través de su toponimia, al famoso corsario berberisco que asoló con incursiones, hace ya cinco siglos, las costas alicantinas. Muy atrás en el tiempo quedan ya los ataques de sus lugartenientes a esta parte del actual territorio español, pero aún quedan estos vestigios, junto con algunas torres defensivas diseminadas aquí y allá, de aquellos sucesos de la historia.

Aquí tuvo su morada temporal el célebre bandolero Jaime el Barbudo, en una cueva cercana al núcleo de población principal de esta pequeña pedanía de apenas una centena de habitantes, pero lo que realmente la hace atractiva son los paisajes que podemos encontrar en sus alrededores, por lo que se trata de un punto ideal como punto de partida. El más popular y al que nos dirigimos es la Rambla Salada, un sorprendente espacio de gran valor geológico y belleza.

En el corazón de la Vega Baja

Llegamos hasta el municipio de Albatera para descubrir un paisaje singular caracterizado por la aridez pero realmente sorprendente. Nos encaminamos hacia la ruta de la Rambla Salada, una joya natural situada en el corazón de la Vega Baja que cuenta con un valor incalculable. Esta ruta es un verdadero tesoro para los amantes de la naturaleza que ofrece una experiencia única en la que sobresale la gran belleza paisajística. Ocupando una superficie de varios kilómetros, forma un ecosistema único en la región que además se encuentra inmerso en una zona de gran valor ambiental, como demuestra el haber sido declarada zona ZEPA.

El recorrido, de varios kilómetros, a caballo entre los municipios de Albatera y Orihuela, parte de la carretera de la sal, que nos deja entrever claramente uno de los elementos más destacados de la ruta, como son sus extraordinarios nacimientos salinos. En efecto, la gran maravilla de la rambla son las surgencias salinas que afloran de la superficie, producto del contacto entre las diferentes superficies de materiales que conforman el sustrato del lecho de la rambla.

El resultado no puede ser más espectacular, con partes totalmente cubiertas por un manto blanco salino que nos hace tener la impresión de que hubiera nevado. La filtración del agua y su colmatación en las capas impermeables provoca el afloramiento de estas surgencias salinas a partir de los materiales ricos en estas sales. Junto a ello, la acción del agua durante millones de años ha moldeado un relieve dando lugar a formaciones de gran vistosidad, todo ello en un paisaje dominado por colores grisáceos, ocres y blanquecinos.

Por el camino, vías ferratas, antiguos canales hidráulicos y puntos de especial belleza como el Barrón Negro – un afloramiento de roca dolomítica negra -, acaban por deleitar nuestros sentidos y nos trasladan, aún más si cabe, a un escenario que pareciera extraído de una película.