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Polícar es uno de esos rincones que se descubren sin prisa, entre viñedos, paisajes que quitan el hipo y planes rurales con mucho encanto. Un destino de altura, en todos los sentidos.
Con la llegada de la primavera, este pequeño pueblo granadino se convierte en un remanso de calma, color y autenticidad. Situado en la vertiente norte de la Sierra Nevada y enclavado en el entorno del Geoparque de Granada, Polícar despliega durante estos meses su mejor versión. La naturaleza se despereza tras el invierno y viste de verde y flor los campos, barrancos y colinas que rodean este rincón mágico del altiplano.
Polícar pertenece a la red de Pueblos Mágicos de España. Sus actividades de enoturismo, rutas de senderismo, descanso en autocaravana o vida rural compartida son una invitación abierta para conectar con la tierra, el paisaje y la gente. .
Senderismo entre barrancos, vegas y colinas floridas
Polícar cuenta con una red de senderos que sorprende por su variedad de paisajes y accesibilidad. Desde recorridos suaves entre vegas cultivadas y olivares hasta rutas más exigentes que ascienden por antiguos caminos de pastores, permiten adentrarse en un entorno natural poco transitado, ideal para descubrir con calma.
Durante la primavera, el espectáculo visual es constante: amapolas, almendros en flor, esparragueras y matorrales aromáticos salpican el camino, mientras el aire fresco arrastra los aromas de la tierra mojada y las plantas silvestres. Uno de los itinerarios más recomendables conecta con la Dehesa del Camarate —conocida como el “bosque encantado” de Granada—, un ecosistema único de robles, arces y cerezos silvestres.
La cercanía con el Geoparque de Granada, declarado por la UNESCO, convierte a Polícar también en punto de partida para actividades como las rutas geológicas, las excursiones en 4x4 por los llamados “Miradores del Fin del Mundo” o la observación astronómica. Desde sus cielos despejados, la Vía Láctea se puede contemplar a simple vista.
Bodegas Vertijana: tradición vinícola con sabor de montaña
Polícar tiene una tradición vitivinícola única que se expresa con fuerza en Bodegas Vertijana, una bodega familiar situada a más de 1.200 metros de altitud. La ubicación, el clima seco y el suelo calizo dan como resultado vinos con personalidad, cultivados con mimo a través de prácticas sostenibles y ecológicas. Variedades como Tempranillo, Syrah, Cabernet Sauvignon o Chardonnay se transforman en vinos que reflejan el paisaje del que proceden.
Durante la primavera, la bodega se convierte en un lugar vivo, con los viñedos en pleno crecimiento y un programa de visitas guiadas que incluye paseos entre cepas, explicaciones técnicas sobre el proceso de elaboración y catas comentadas al aire libre. La experiencia se completa con una copa en la mano, los sonidos del campo de fondo y la Sierra Nevada recortada en el horizonte.
El destino perfecto para viajar en autocaravana
Uno de los valores añadidos de Polícar es su área de autocaravanas, un punto estratégico para quienes recorren Andalucía en vehículo vivienda. Situada a un paso del núcleo urbano, ofrece servicios esenciales como toma de agua, evacuación de residuos y espacio nivelado para la pernocta, en un entorno natural y tranquilo que invita a hacer una pausa larga en la ruta.
Desde el área, se puede acceder fácilmente a pie a los principales puntos de interés, como la iglesia de San Antonio de Padua, los miradores o los senderos que rodean el municipio. También es habitual que los viajeros se animen a visitar Bodegas Vertijana, a solo unos minutos de distancia, o a participar en alguna de las actividades organizadas por el ayuntamiento o las asociaciones locales, como talleres, rutas o degustaciones.
Polícar es la escapada perfecta para un fin de semana de primavera por el altiplano granadino. Mantiene vivas sus tradiciones, pero también apuesta por un turismo respetuoso, que ayude a revitalizar el medio rural y a poner en valor su patrimonio natural y vinícola.
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