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La estructura, ubicada en el municipio de Lerma, fue originalmente diseñada para extraer agua de un pozo y distribuirla a las tierras de cultivo circundantes.
En la comarca del Arlanza, al sur de la provincia de Burgos, se erige una estructura que ha llamado la atención de un gran número de turistas por una pecualiaridad: una antigua torre de riego inclinada que alberga el nido de cigüeñas más grande de España. Esta construcción, que recuerda a la famosa Torre de Pisa, ha sido apodada por algunos como 'la Torre de Pisa castellana' debido a su inclinación y la magnitud de su nido.
La torre, ubicada cerca de la localidad de Santillán del Agua, en el municipio de Lerma, fue originalmente diseñada para extraer agua de un pozo y distribuirla a las tierras de cultivo circundantes. Con el paso del tiempo y la desactivación de su función agrícola, la estructura comenzó a deteriorarse. Hace aproximadamente una década, los cimientos cedieron bajo la presión de un tractor que araba cerca, provocando su inclinación progresiva .
Sin embargo, este deterioro estructural no ha impedido que la torre se convierta en un refugio para las cigüeñas. Cada año, estas aves migratorias construyen sus nidos en lo alto de la torre, acumulando ramas y materiales durante varias temporadas. El resultado es un nido monumental que, según estimaciones, pesa cerca de una tonelada y alcanza una altura de aproximadamente dos metros.
El nido ha atraído la atención de biólogos y ornitólogos, quienes destacan la habilidad de las cigüeñas para construir estructuras tan grandes y equilibradas. Blas Molina, biólogo de SEO/BirdLife, ha señalado que este nido es el resultado de la acumulación de varios nidos superpuestos a lo largo de los años, lo que demuestra la persistencia y adaptabilidad de estas aves.
Además de su interés natural, la torre inclinada se ha convertido en un símbolo del paisaje rural burgalés. Su imagen ha sido capturada por fotógrafos y turistas, y compartida ampliamente en redes sociales, aumentando su visibilidad y convirtiéndola en una atracción turística no oficial.
Desafíos para la conservación
A pesar de su popularidad, la torre se enfrenta a riesgos estructurales debido al peso del nido y su inclinación. Nicolás Serna, agricultor y propietario del terreno, ha tomado medidas para estabilizar la estructura, instalando cables de sujeción y vertiendo hormigón para reforzar los cimientos. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre la resistencia a largo plazo de la torre, construida con ladrillo, ante las fuerzas que actúan sobre ella.
Este caso subraya la necesidad de encontrar un equilibrio entre la conservación de la fauna y el mantenimiento de las infraestructuras humanas. Las autoridades locales y organizaciones medioambientales están trabajando conjuntamente para desarrollar estrategias que permitan la coexistencia de las cigüeñas con las actividades humanas, sin comprometer la seguridad estructural de las edificaciones.
Para los viajeros interesados en la naturaleza y la fotografía, la comarca del Arlanza ofrece una experiencia única. Además de la torre inclinada y su impresionante nido de cigüeñas, la región cuenta con paisajes pintorescos, rutas de senderismo y una rica historia cultural. Localidades cercanas como Lerma, con su patrimonio arquitectónico, y el Monasterio de San Pedro de Arlanza, con su historia medieval, enriquecen la visita a esta zona de Burgos.
Con todo esto, podemos afirmar que la torre inclinada de Santillán del Agua no solo es un testimonio de la interacción entre la naturaleza y la arquitectura humana, sino también un recordatorio de la resiliencia de las cigüeñas y su capacidad para adaptarse y prosperar en entornos cambiantes. Su presencia en el paisaje del Arlanza es un ejemplo de cómo la biodiversidad puede integrarse armoniosamente en el entorno rural, ofreciendo a los visitantes una visión fascinante de la vida silvestre en el corazón de Castilla y León.
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