Científicos de todo el mundo han estudiado el contenido de sus aguas para descubrir los orígenes de la vida.

"México lindo y querido", cantaba Jorge Negrete a su amada tierra, un país que en ocasiones parece de fantasía y en otras demasiado realista. Un lugar al que Salvador Dalí dijo no querer volver porque era "más surrealista" que sus propios cuadros. México es historia, cultura, gastronomía y naturaleza, y cualquiera que lo visita -a excepción del pintor- quiere volver alguna otra vez en su vida.
Se dice que Cristóbal Colón 'descubrió' América y entre aquellos territorios estaba el actual México. En esa época, entre los siglos XV y XVI, los europeos pensaron que la historia de esos países empezaba entonces, pero lo cierto es que cuentan con un legado prehispánico abrumador e impresionante. América estaba más que descubierta por sus propios habitantes y México es un gran ejemplo de ello.
En pleno corazón de Coahuila se ubica el pueblo mágico de Cuatro Ciénegas de Carranza, rodeado por las sierras de Menchaca, San Vicente, la Purísima, San Marcos y Pinos, la Fragua y la Madera. Este lugar ha llamado la atención de turistas por su belleza, pero también de geólogos, astrónomos y biólogos por su interesante paisaje que esconde un gran misterio de la humanidad.
Las pozas donde se estudia el origen de la vida
El valle alberga pozas de aguas cristalinas de manantial que se conectan con un sistema de canales terrestres y subterráneos que favorece en flujo del agua. Lo curioso es que es un sistema que ha funcionado exactamente igual durante millones de años. De hecho, la Poza Azul de Cuatro Ciénegas se considera el origen de la vida, un laboratorio natural para entender el principio de todo.

Este ecosistema es parte de las 41 Reservas de la Biosfera de la Unesco y un destino donde los científicos no hacen más investigar. Se sabe que lo que hoy es Coahuila estaba cubierto por el antiguo mar de Tetis cuando aún existía un único continente que se denominó Pangea. Después, cuando las placas tectónicas se fragmentaron, el terreno se elevó y dejó algunas pozas en el desierto.

Ahí es donde aún hoy se conservan algunos microorganismos ancestrales que, por las características del entorno, no han evolucionado prácticamente nada desde el Período Precámbrico. Se han llegado a definir como "los antecesores de las bacterias" y sobreviven con muy pocos nutrientes. Las condiciones extremas de las pozas de Cuatro Ciénegas se han utilizado incluso para estudiar la posibilidad de que exista vida en Marte.
Como si estuviéramos en otro mundo
Más allá de las pozas, este municipio esconde otro lugar igual de impresionante pero muy distinto: las Dunas de Yeso. Si las aguas sirven para estudiar la vida en Marte, se podría decir que las dunas parecen extraídas de otro planeta desconocido. Es un desierto blanco que se extiende por más de 800 hectáreas como resultado de la acumulación de yeso marino cuando desapareció el mar de Tetis.

Una de sus formaciones más populares es 'El Castillo', un montículo de 12 metros de altura que ya es un símbolo de las Dunas de Yeso. El pueblo mágico de Cuatro Ciénegas ofrece dunas de una pureza inigualable y pozas que esconden los secretos de los orígenes de la vida, pero también ríos de aguas turquesas, montañas de mármol y otros elementos naturales que lo convierten en un destino verdaderamente único en México.
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