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Festivales, arquitectura y naturaleza se dan la mano en la ciudad natal de Mozart.
Para quienes no conocen aún esta ciudad austríaca es difícil imaginar el ambiente que la impregna. Porque decir que se respira música por todos los rincones puede parecer una exageración, pero no lo es en absoluto. El Festival de Salzburgo (20 de julio al 31 de agosto de 2023) pone esta ciudad en el mapa de los amantes de la música clásica, con centenares de conciertos desde hace más de 100 años. Sin embargo, esta urbe destila arte durante todo el año, con conciertos de todo género musical, un reconocido festival de jazz y una programación teatral de ensueño.
Todo ello en un entorno monumental declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1997. El centro histórico de Salzburgo es una auténtica joya, solo explicable por su peculiar historia.
Salzburgo: La Roma del Norte
Esta ciudad fue gobernada por sus Príncipes-arzobispos, líderes políticos y religiosos hasta 1803, un estado próspero con enormes riquezas procedentes de los yacimientos de sal, minerales y piedras preciosas de la región. Ellos la convirtieron en una de las ciudades barrocas más hermosas del mundo, conocida por muchos como la Roma del Norte.
Fruto de esta idea surgieron las cinco grandes plazas del casco antiguo, Kapitelplatz, Alter Markt, de Mozart, de la Residencia y de la Catedral. Cinco perlas de un centro histórico peatonal en el que destaca la Casa Hagenauer, casa natal del hijo más ilustre de la villa, el gran compositor Wolfgang Amadeus Mozart, hoy convertida en museo.
Adentrándonos en el mundo de Mozart
Certificados originales, cartas y recuerdos documentan la vida de Mozart en Salzburgo. La colección de retratos, realizados en su mayoría durante su vida, nos permiten conocer al genio musical casi cara a cara. Para los admiradores de Mozart es una oportunidad única para contemplar los instrumentos históricos con los que tocaba sus sinfonías y valses, como el violín infantil y el clavicordio. Para los no aficionados a la música clásica, una visita a este museo resulta igual de atractiva, ya que nos permite pasear por las habitaciones de una vivienda burguesa, con objetos cotidianos y mobiliario del siglo XVIII. ¡Todo un viaje en el tiempo!
El centro del distrito histórico de Salzburgo es Residenzplatz, construida en el siglo XVII. Los edificios más importantes, incluida la residencia del arzobispo, que fue construido en 1619, se encuentran a su alrededor. El centro de la plaza está coronado por la famosa Fuente Rezidenzbrunnen.
Precisamente en esta antigua casa, prácticamente mansión, del arzobispo de Salzburgo en la época se encuentra una de las galerías de arte flamenco y barroco más importantes de Europa, con obras de Rubens, Brueghel y Rembrandt.
Otros espléndidos edificios religiosos en el distrito histórico de Salzburgo son la abadía benedictina de San Pedro, que fue fundada en el siglo VII, y la imponente Catedral, que fue consagrada en el año 774.
Palacios y fortalezas
Todo ello rodeado por hermosos palacios y jardines, como los de Mirabell o Hellbrumm y dominado por la impresionante mole de la Fortaleza Hohensalzburg, el mayor castillo totalmente conservado de Europa Central de la Edad Media. Para subir a ella, podemos seguir una ruta empinada o bien tomar un funicular, que circula cada 10 minutos y resulta de lo más cómodo.
Ahora bien, quienes deseen hacer una pequeña excursión y subir hasta arriba tomando fotos de las distintas panorámicas sobre la ciudad, nada como hacerse con unas salchichas y encurtidos en el centro, o con una ensalada de chucrut, y hacer un pequeño picnic en algunas de las paradas que permite el camino.
Cervecerías históricas
Entre conciertos y visitas, es importante hacer pausas relajantes. Para ello, los amantes de la buena cerveza tienen más de una cita ineludible, como la cervecería Stieglbrauerei, la más antigua de Salzburgo, fundada en 1492 y la mayor de todas las cervecerías privadas de Austria. O la Augustiner bräu, con un magnífico jardín para clientes en el que podremos degustar especialidades regionales.
Otras particularidades de Salzburgo son los cafés y los dulces. Entre los primeros, no hay que dejar de visitar el más antiguo de la villa, el Café Tomaselli. Y, para endulzar el paladar, nada como la Salzburger Mozartkugel, una delicia de mazapán verde de pistacho, envuelto de un fino praliné y sumergido por último en cobertura de chocolate negro. Creada como homenaje a Mozart por el maestro pastelero Paul Fürst en 1890, solo se vende en los cuatro establecimientos de la confitería Fürst. Es uno de los mejores souvenirs para llevar a quienes se hayan quedado en casa.
Espléndido entorno natural
Salzburgo está situada en el distrito montañoso de Salzkammergut, cuyo nombre proviene de los depósitos salinos de la región, explotados desde la Edad del Bronce.
El entorno de la ciudad es de una belleza difícil de olvidar, como el paisaje Cultural de Hallstatt-Dachstein-Salzkammergut, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, por las montañas que le rodean, su rara fauna y flora, sus lagos, su importante valor arqueológico y por hermosas ciudades como Hallstatt. En estos parajes idílicos se rodó la película Sonrisas y Lágrimas, con Julie Andrews y Christopher Plummer como protagonistas.
Viaje en teleférico
Desde 1961 el teleférico de la montaña Untersberg lleva a los senderistas al corazón de la naturaleza austríaca, muy cerca de Salzurgo. Entre la estación del valle en Grödig / St. Leonhard, a 456 metros de altitud, y la estación de montaña de Geiereck, a 1.776 metros, hay una diferencia de altitud de 1.320 metros.
El viaje en una de las dos amplias cabinas no dura ni diez minutos. Al finalizar el trayecto en la estación de montaña se abre una vista increíble de la ciudad de Salzburgo, de la región de Berchtesgaden y del valle Rosittental, que se encuentra a sus pies. Si hay buena visibilidad, podremos vislumbrar en la distancia los lagos de la región de Salzkammergut y el lago Chiemsee.
La cueva de hielo más grande del mundo
A poco más de 30 kilómetros de Salzburgo se encuentra la localidad de Werfen, donde podemos visitar la cueva de hielo más grande del mundo: Eisriesenwelt. A través de la enorme entrada a la cueva, de 20 m de ancho y 18 m de alto, accedemos a un paraje subterráneo que casi parece un palacio, con monumentales formaciones de hielo de belleza cristalina que brillan con gran efecto al recibir la luz de las lámparas de mineros que nos entregan al entrar. A través de pasajes con muchos rincones y de nombres como Diamantenreich (el reino de los diamantes) se adentra uno más en la montaña.
La cueva de hielo está casi siempre por debajo de los 0ºC, incluso en verano. Así pues, se requieren ropa y calzado adecuados. Además, deberemos superar 134 m de altura en numerosas escaleras. ¡Pero la tranquila belleza de ese mundo gigante de hielo bien merece este esfuerzo!
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