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Más allá de París, el país vecino cuenta con infinidad de atractivos en forma de ciudades, pueblos y playas, que aunque no sean tan conocidos para los turistas de España, son increíblemente interesantes. Si sueñas con unas vacaciones idílicas al borde del mar, en la zona costera del Loira Atlántico hay tres destinos en los que encontrarás la visión más chic y romántica de Francia: Guérande, La Baule y Piriac-sur-Mer. Y si eres amante de la literatura, te encantará saber que en estas localidades encontraron la inspiración autores como Flaubert, Zola o Balzac, convirtiéndolas en escenario de algunas de sus famosas novelas.
La Baule, la bahía más bella del mundo
Si te preguntas dónde veranean los parisinos, en La Baule tienes la respuesta. Esta elegante ciudad costera no solo tiene una de las bahías más bellas del mundo, también su playa es una de las más largas de Europa. 9 kilómetros llenos de encanto que se extienden desde Pornichet a Pouliguen. No te pierdas el Casino, situado en primera línea de mar, es uno de los mejores ejemplos del lujo que representa este rincón de vacaciones. En la zona paralela a la playa encontrarás también bonitas villas, construidas al estilo de los años 20, que son una de las señas de identidad de La Baule.
Otro de los lugares que te recomendamos es el Parque Natural Regional de Brière, un enorme entorno de marismas, que se encuentra al norte de La Baule y que se puede recorrer a pie, en barca o incluso a caballo. Te sorprenderá no solo por la belleza de este escenario, también por la riqueza de su fauna y flora. La ciudad de La Baule está situada a 80 kilómetros de Nantes.
Piriac-sur-Mer, el refugio de Flaubert
También muy cerca de Nantes (a tan solo hora y media en coche) este pequeño paraíso te resultará un destino ideal de vacaciones. Lo que te espera es un encantador pueblo de ambiente rural, con el mar como telón de fondo, que está acostumbrado a abandonar su tranquilidad para recibir a los veraneantes. Con su costa escarpada y sus coloridas calles adornadas de hortensias y rosas, Piriac-sur-Mer resulta una maravillosa sorpresa. Y no solo por su rica arquitectura, también porque tiene un pasado literario que puedes descubrir recorriendo sus calles empedradas. En el casco histórico podrás seguir los pasos de famosos escritores como Zola o Gustave Flaubert que eligieron esta localidad como residencia y fuente de inspiración. Además, este antiguo pueblo de pescadores es un renombrado balneario que atrae a numerosos veraneantes cada año.
Viñedos, paisajes extraordinarios y un coqueto puerto son parte de sus atractivos. Por supuesto, lo mejor es descubrir Piriac-sur-Mer paseando por sus callejuelas, sin pasar por alto una de sus construcciones más destacadas: la iglesia de Saint Pierre-es-Lien, del siglo XVII. También cuenta con una marcada influencia bretona, que podrás ver en algunos edificios, y también en los nombres de las calles y casas.
Y a la hora del baño, el paisaje es también de lo más variado. Zonas rocosas, pero también increíbles playas de arena fina, cuevas y pequeñas calas. Si buscas los mejores entornos para extender la toalla, las playas más populares son las de Port-au-Loup y la de Toulport, que es famosa por la belleza de sus atardeceres. Pero sin duda, nuestra favorita es la Plage Lérat, con forma de cala, rocas redondas y aguas transparentes, llama la atención por su aspecto salvaje.
Guérande, territorio de sal
Situada a solo 10 kilómetros de La Baule y a 15 de Piriac-sur-Mer, Guérande es la típica localidad francesa que por su encanto bien merece por sí sola un viaje. Quizá su nombre no te diga nada, pero es famosa por la sal que se produce en las marismas de los alrededores. Para descubrir todos los secretos de la recolección de la sal de Guérande te aconsejamos realizar una visita guiada por los senderos de las marismas, encontrarás numerosas especies de aves como garcetas o garzas, y un paisaje realmente alucinante.
Más allá de la sal, Guérande destaca también por su historia y su arquitectura. Seguro que quedarás fascinado por esta magnífica joya de la Edad Media, tal y como la describió el escritor Balzac en su novela Beatrix. Tras cruzar sus murallas irás descubriendo los encantos de esta ciudad medieval fortificada, sus calles empedradas, las casas de entramado de madera y la preciosa colegiata de Saint-Aubin. En sus 1.500 metros de murallas todavía se conservan 6 torres y 4 puertas, incluida la famosa Puerta Saint-Michel, del siglo XV, es por la que se accede a la cima de las murallas. Una vez arriba podrás disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.
Y si quieres adentrarte un poco más en el patrimonio bretón, a tan solo 8 kilómetros al noreste de Guérande se encuentra el pueblito de Kerhinet. Una pequeña aldea que te resultará todo un hallazgo y te hará dudar de si has llegado al verdadero pueblo de Astérix. Está ubicado en pleno corazón del Parque Natural Regional de Brière, y entre sus casas y calles tendrás la sensación de que se ha detenido el tiempo.
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