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Pueblo de pescadores, ciudad medieval y edificios multicolores hacen que este pueblo de Guipúzcoa parezca sacado de una película Disney.
¿Quién no ha soñado alguna vez con encontrarse dentro de una película Disney? Vivir la magia, aunque sea por un día, de viajar al pasado y recordar esa infancia que a veces parece tan lejana. España está repleta de paisajes diversos, pueblos pintorescos, calles coloridas y cientos de rincones que hacen al viajero desplazarse con la imaginación hacia esos lugares de ensueño en los que ocurrían las películas favoritas de su niño interior.
No son uno ni dos los pueblos españoles que parecen sacados de una película Disney y cada provincia cuenta con uno -o varios- que le dan un toque aún más especial. Las casas blancas recubiertas de macetas azules de Iznájar en Córdobao el carácter medieval del Burgo de Osma en Soria son solo un par de ejemplos de la belleza que esconde el país íbero y que tanto se asemeja a algunas de las imágenes más reconocibles de Disney.
El pueblo con alma de marinero
Aunque Guipúzcoa albergue un inmenso número de pueblos preciosos y atractivos que bien podrían haber inspirado al mismísimo Walt Disney, hay uno que quizá esconda un toque más embriagador. A la orilla izquierda del río Bidasoa se abre paso Hondarribia, antes llamado Fuenterrabía. Considerado 'ciudad' desde el siglo XVII al vencer a los franceses, este municipio guipuzcoano se erige como uno de los más bonitos del País Vasco.
Su alma marinera es uno de sus mayores atractivos que, como todo buen pueblo de pescadores que se precie, hace que sus casas se articulen en torno al agua y en un casco histórico de lo más colorido; con casas blancas y ventanas de madera tintadas que se alzan sobre los soportales de piedra. Apenas 15.000 almas habitan Hondarribia, pero son tantos los detalles que esconden la villa que un simple paseo es una experiencia fascinante.
Una muralla y un castillo de cuento
Cuenta con la única muralla medieval conservada de la provincia y eso lo hace todavía más único. Su principal entrada es la Puerta de Santa María, coronada por un escudo de armas en el que puede leerse: "muy noble, muy leal, muy valerosa y muy siempre fiel Fuenterrabía". Aunque el lugar que merece la parada más concienzuda es la Plaza de Armas, donde se han celebrado eventos de todo tipo desde hace siglos.
Además, allí se halla el castillo de Carlos V -uno de los Paradores más bonitos de la red nacional-. También se encuentra la iglesia gótica de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano, que data de los siglos XV y XVI. Muy cerca está la plaza de Guipúzcoa, donde se extienden antiguos soportales que cobijan los comercios de antigüedades más nostálgicos del pueblo.
Piratas y templarios
El conjunto de edificios más especiales se concentra en la Kale Nagusia, con el Ayuntamiento barroco del siglo XVIII, el palacio Casadevante del mismo estilo aunque del XVII, la casa de Zuloaga que hoy funciona como archivo municipal y biblioteca, la casa Torre Alta con fachada de sillería o la casa Ladrón de Guevara cubierta de ladrillo vitrificado. Aunque el lugar más pintoresco es el barrio de pescadores La Marina.
Como colofón y después de degustar la gastronomía -que nada tiene que envidiar a la de San Sebastián- basada en los productos locales, Hondarribia presenta su playa con 800 metros de arena y aguas muy tranquilas y transparentes, uno de los principales atractivos de la villa. Se dice que el castillo de San Telmo que se otea al fondo estuvo habitado por piratas y templarios. Un paisaje que contempla el misterioso faro de Higuer, donde han sucedido incontables historias que solo quien no haya abandonado su niño interior puede conocer.
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