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De entre las más de 2.000 islas que componen el archipiélago de Lofoten, Reine es, sin lugar a dudas, la más idílica de todas.
Unos 4.400 kilómetros separan el pequeño pueblito de pescadores de Reine con Madrid y, pese a que está ubicado en uno de los lugares más remotos del mundo, por encima del Círculo Polar Ártico, lo cierto es que lo hemos visto en infinidad de ocasiones, ya que muchas imágenes de este pueblo de cuento sirven para ilustrar guías y folletos de viaje sobre las islas Lofoten, en Noruega.
Cuando el viajero llega a Lofoten descubre que el archipiélago está formado por más de 2.000 islas, siendo relativamente pocas las que se encuentran habitadas. Y, entre todas ellas, hoy nos detenemos en Moskenesøya, una de las más alejadas del continente. Esta isla cuenta con más de un millar de habitantes diseminados en los distintos pueblos que la conforman y, entre todos, Reine nos ha robado el corazón y nos ha hecho creer en los cuentos.
Si algo llama la atención de Reine, obviando lógicamente el entorno tan sobrecogedor que lo rodea con sus montañas, acantilados y fiordos son sus casitas. El rojo de sus fachadas imprime un toque de color a este escenario idílico que te reconcilia con la vida.
Reine, un pueblo de cuento
En Reine, el explorador va a descubrir el verdadero sentido del slow life; podrá puede comer con vistas al agua que refleja las montañas, pasear por sus calles, realizar actividades relacionadas con el mar, como el avistamiento de ballenas y delfines o disfrutar un bonito atardecer en cualquier estación del año. Eso, por no hablar tanto del ‘Sol de medianoche’ o la ‘noche polar’, fenómenos naturales que hay que contemplar, como mínimo, una vez en la vida.
Secaderos de bacalao
Otra de las imágenes más impactantes de este bonito pueblo que nos hace creer en los cuentos son sus secaderos de bacalao; están por todo el pueblo y son una muestra de la importancia de este pescado para la economía local.
La gastronomía en las islas Lofoten se basa, como habrá deducido el lector, en diferentes tipos de pescado. Conocido como skrei o bacalao nómada, esta especie de bacalao que se puede degustar en Reine resulta mucho más sabrosa que otras variedades debido, fundamentalmente, al desarrollo de su musculatura, ya que habrá recorrido más de 1000 kilómetros desde el mar de Barent hasta las islas. También el salmón forma parte de la dieta diaria de los habitantes de Reine.
La sopa de pescado es otro de los indispensables de la gastronomía de las Lofoten y, cuando el frío te empieza a congelar, es lo mejor para entrar en calor. También forman parte de la dieta la carne de cordero y, en menor medida debido a su alto precio, la carne de reno. En la parte dulce, los rollitos de canela y las galletas de jengibre son perfectos para cerrar una sabrosa comida.
Los alrededores de Reine
Tanto en Reine como en Lofoten la única obligación del viajero es contemplar el evocador paisaje que le rodea. Puede viajar, por ejemplo al Puente de Gimsøy, que separa las islas de Austvågøya y Gimsøya y es un enclave ideal para sacar unas cuantas fotos. Otra isla que también merece una visita es Moskensøy, que alberga el Museo Noruego del Pueblo Pesquero, y un museo con una colección de más de 2.500 muñecas de toda Europa.
En definitiva, si vas a visitar las islas Lofoten, acercarte hasta Reine resulta indispensable y es que en este bonito pueblo de pescadores el tiempo se detiene y, gracias a su imponente belleza, nos hace creer en los cuentos.
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